Boris Godunov

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Dilluns 21 de març de 2016 a les 20.15h.

Borís Godunov tiene como antecedentes dos óperas que Músorgski había comenzado a componer pero dejó inconclusas. Salambó, según la novela de Gustave Flaubert y El casamiento, basada en una farsa de Nikolái Gógol. En esta última obra, comenzó a experimentar con un recitativo realista modelado en el ritmo del lenguaje hablado, contra un rico fondo orquestal que según el compositor revelaría la emoción escondida en la comunicación verbal.

En 1868, Músorgski comienza a frecuentar el círculo de artistas e intelectuales que se reunían en la casa de Ludmila Shestakova, hermana del compositor ya fallecido Mijaíl Glinka, pionero de la ópera rusa. Allí, el historiador Vladímir Nikolski sugirió a Músorgski la idea de componer una ópera basada en el drama de Aleksandr Pushkin “Borís Godunov”. Dicho drama, inspirado en la “Historia del Estado Ruso” de Nikolái Karamzín y escrito siguiendo el modelo de las tragedias históricas de Shakespeare, fue finalizado en 1825 y publicado en 1831, pero no se permitió su representación por la censura estatal hasta 1866, cuya representación fue permitida bajo la condición de cortar algunas escenas. Debido al interés que despertó la propuesta en el compositor, Shestakova le envió un ejemplar del drama, donde Músorgski encontrará la materia para su buscado “drama popular”, que exprese al hombre auténticamente ruso.

Músorgski adaptó las escenas dramáticamente más efectivas, algunas de las cuales preservaron los versos originales de Pushkin. Luego de escribir el libreto, que constaba de siete escenas distribuidas en cuatro partes, trabajó rápidamente, comenzando con la partitura vocal que finalizó el 18 de julio de 1869, y completando la partitura cinco meses después, el 15 de diciembre de 1869. En 1870, el compositor envió la obra a la dirección del Teatro Mariinski de San Petersburgo, la cual fue rechazada. Mucho más sintética e intensa que la ópera italianizante en boga en aquella época, el teatro alegó falta de los elementos básicos de la trama de una ópera seria, como un personaje femenino y la inexistencia de una intriga amorosa. Es curioso que la ópera no fuera censurada por motivos políticos, cuando en ella no se habla de otra cosa más que de política. Pero para entonces ya no era posible censurar a Pushkin, cuyo drama ya había sido estrenado con éxito.